enseñamos a replicar el éxito editorial de ’50 sombras de Grey’
Nadie ha leído ’50 sombras de Grey’, más
allá de no sé cuantos millones de personas. Me llegan rumores de polvos
en helicópteros, de gente que muere asfixiada intentando imitar
extrañas posturas y de personas que se preguntan cuál es la clave del
éxito para fabricar un best seller.
Entre otros callejones sin salida, soy
editor. Monté una editorial con unos amigos con un lema profético y
asequible, pues somos románticos pero no megalómanos: “todo va a salir
mal y nos parece estupendo”.
Por eso miramos con infinita curiosidad
fenómenos como ’50 sombras de Grey’ y sus 50 millones de copias
vendidas. Por eso voy a hacer lo contrario que el anuncio de una marca
de coches en el que un supuesto emprendedor supuestamente fracasado
conduce un coche nuevo y dice algo así como: “sigo sin saber qué hay que
hacer, pero empiezo a tener claro qué es lo que no hay que hacer”, que
es una frase muy publicitaria y muy zen, de sabiduría en diferido, que
diría Cospedal, pero también (y por lo tanto) muy coitus interruptus.
Yo, más generoso, os voy a explicar cuál es el secreto para escribir un best seller:
:: NOVELA ROMÁNTICO HISTÓRICA
Hablo poco por teléfono con mi padre, no por distanciamiento, sino porque compartimos la misma desconfianza ante estos aparatos. Pero cuando hablamos, él me desliza consejos: “hijo, escribe un dramón amoroso y luego busca una época histórica que te guste y lo mezclas”. Para entendernos, modelo ‘La señora’ o ‘El tiempo entre costuras’ y cosas por el estilo. La clave de este producto es la relativa cercanía geográfica y temporal, es decir, algo que ocurra en la España del siglo XX. Limpia una anarquista, una niña pija, un militar, un cura, un estraperlista y reserva en un paisaje concreto, ya sea montañas con vacas y mar y lluvia o gran ciudad con postales reconocibles.
Hablo poco por teléfono con mi padre, no por distanciamiento, sino porque compartimos la misma desconfianza ante estos aparatos. Pero cuando hablamos, él me desliza consejos: “hijo, escribe un dramón amoroso y luego busca una época histórica que te guste y lo mezclas”. Para entendernos, modelo ‘La señora’ o ‘El tiempo entre costuras’ y cosas por el estilo. La clave de este producto es la relativa cercanía geográfica y temporal, es decir, algo que ocurra en la España del siglo XX. Limpia una anarquista, una niña pija, un militar, un cura, un estraperlista y reserva en un paisaje concreto, ya sea montañas con vacas y mar y lluvia o gran ciudad con postales reconocibles.
Saltear durante el primer capítulo y
luego colocar en capítulos sucesivos, sin miedo a lo inverosímil,
jugando con salsas imaginativas. Se recomienda fundir varios personajes
en un solo. El cura anarquista tío buenorro, por ejemplo, que le hace
una sombra de Grey a la niña pija hija del terrateniente y prometida del
militar golpista. Sírvase con una faja más grande que el libro, con
letras doradas en relieve y un grito de euforia: “Millones de ejemplares
vendidos”. Es una fórmula de profecía autocumplida o de magia
“simpática”, a la manera de los cazadores prehistóricos que pintaban
grandes bisontes en el techo para facilitar su caza.
:: NOVELA NEGRA
Al revés que en la novela romántico histórica, aquí la clave reside en marcharte lejos. Se hace buena novela negra en Madrid y Barcelona, muy buena, pero si lo que quieres es petarlo invéntate un comisario nórdico, por ejemplo, Magnus, y luego ponle el apellido de tu futbolista alemán preferido + prefijo son: Schusterson. Todo junto, Magnus Schusterson. En vez de rubias lánguidas que leen a Ibsen en bicicleta, llena la trama de policías corruptos, nazis y psicópatas. Y luego convéncele a tu editor para que escriba en la contraportada la siguiente frase mágica: “este libro enseña la cara oculta del paraíso nórdico”. Al lector español, por lo general envidioso, le pirra desmontar utopías ajenas.
Al revés que en la novela romántico histórica, aquí la clave reside en marcharte lejos. Se hace buena novela negra en Madrid y Barcelona, muy buena, pero si lo que quieres es petarlo invéntate un comisario nórdico, por ejemplo, Magnus, y luego ponle el apellido de tu futbolista alemán preferido + prefijo son: Schusterson. Todo junto, Magnus Schusterson. En vez de rubias lánguidas que leen a Ibsen en bicicleta, llena la trama de policías corruptos, nazis y psicópatas. Y luego convéncele a tu editor para que escriba en la contraportada la siguiente frase mágica: “este libro enseña la cara oculta del paraíso nórdico”. Al lector español, por lo general envidioso, le pirra desmontar utopías ajenas.
:: NOVELA NEGRA NÓRDICA ROMÁNTICA AMBIENTADA EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA CON DRUIDAS CELTAS
A primera vista, puede parece un epic win, pero a los best Sellers les ocurre como a las lentejas: la acumulación de ingredientes puede agriar el resultado final. A no ser, claro, que retuerzas la trama como Puyol sus piernas de bailarina del Bolshoi. Una máquina del tiempo, por ejemplo, puede servirte para articular la narración sin demasiadas curvas.
A primera vista, puede parece un epic win, pero a los best Sellers les ocurre como a las lentejas: la acumulación de ingredientes puede agriar el resultado final. A no ser, claro, que retuerzas la trama como Puyol sus piernas de bailarina del Bolshoi. Una máquina del tiempo, por ejemplo, puede servirte para articular la narración sin demasiadas curvas.
Fuente GQ Vía DiarioTwilight
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